Este es el bien simple y silencioso que hizo Don Bosco. Este es el bien que juntos seguimos haciendo.
Amigos, lectores del Boletín Salesiano: reciba como cada mes mi cordial saludo, un saludo que preparo dejando hablar a mi corazón, un corazón que quiere seguir mirando al mundo salesiano con esa esperanza y certeza que tenía el propio Don Bosco, de que juntos podemos hacer mucho bien y de que el bien que se hace hay que darlo a conocer.
Veo en muchos salesianos la “pasión” de Don Bosco por la felicidad de los jóvenes. Una fórmula que se ha hecho famosa intenta condensar el sistema educativo de Don Bosco en tres palabras: razón, religión, amor. Escuela, iglesia, patio. Una casa salesiana es todo esto realizado en piedra. Pero el oratorio de Don Bosco es mucho más. Es un arsenal de estimulación y creatividad: música, teatro, deporte y paseos que son verdaderas inmersiones en la naturaleza. Todo ello aderezado con un afecto real, paternal, paciente y entusiasta.
Valor de madre
Pues bien, mientras leo con dolor y preocupación la crónica de Sudán, donde la situación de todos es muy difícil, y también la de los salesianos, hoy me querría ofrecer otro hermoso testimonio, aunque esta vez no fui testigo presencial, sino que relato lo que me contaron.
La escena tiene lugar en Palabek (Uganda), donde, al mismo tiempo que llegaron los primeros refugiados hace cinco años, los Salesianos de Don Bosco quisimos ir con los primeros refugiados. La tienda de campaña era el alojamiento y la capilla para la oración y la celebración de la primera Eucaristía era la sombra de un árbol.
Cada día llegaban a Palabek cientos y cientos de refugiados de Sudán. Primero a causa del conflicto en Sudán del Sur. Años después, siguen llegando, ahora a causa del conflicto en Sudán (es decir, Sudán del Norte).
Lo que les estoy contando me lo refirió el Consejero General para las Misiones, que había ido unos días a Palabek para continuar acompañando esta presencia en un campo de refugiados en el que ya se han acogido a decenas de miles de personas.
Hace diez días llegó una mujer con once hijos. Sola, sin ninguna ayuda, había atravesado varias regiones llenas de peligros para ella y los niños; había caminado más de 700 kilómetros en el último mes y el grupo de niños iba en aumento. Y de esto es de lo que quiero hablar, porque esto es HUMANIDAD y esto es AMOR. Esta mujer llegó a Palabek con once niños a su cargo, y los presentó a todos como hijos suyos. Pero en realidad seis eran hijos de su vientre. Otros tres eran hijos de su hermano recientemente fallecido y de los que ella se había hecho cargo, y otros dos eran pequeños huérfanos que había encontrado en la calle, solos, sin nadie y, por supuesto, sin papeles (¿quién puede pensar en papeles y documentación cuando falta lo más esencial para la vida?), y se habían convertido en hijos adoptivos de esta mujer.
En algunas ocasiones, una madre que dio su vida por defender a su hijo ha sido calificada de “madre valiente”. En este caso, me gustaría otorgar a esta madre de once hijos el título de Madre Coraje, pero sobre todo el de una mujer que sabe muy bien -en las “entrañas de su corazón”- lo que es amar, incluso hasta el sufrimiento, porque vive y ha vivido en la más absoluta pobreza con sus once hijos.
Bienvenida a Palabek, Mamá valerosa. Bienvenida a la presencia salesiana. Sin duda se hará todo lo posible para que a estos niños no les falte comida, y luego un lugar donde jugar y reír y sonreír – en el oratorio salesiano – y un lugar en nuestra escuela.
Este es el bien sencillo y silencioso que hizo Don Bosco. Este es el bien que seguimos haciendo juntos porque, créanme, sentir que no estamos solos, tener la certeza de que muchos de ustedes ven con agrado y simpatía el esfuerzo que hacemos cada día en beneficio de los demás, también nos da mucha fuerza humana, y sin duda el Buen Dios la hace crecer.
Les deseo un buen verano. Sin duda el nuestro, el mío también, será más sereno y confortable que el de esta madre de Palabek, pero creo poder decir que al haber pensado en ella y en sus hijos, hemos tendido, de alguna manera, un puente.
Sean muy felices.
Esto es amor…
🕙: 3 min.