La presencia Salesiana en el Caribe

Bajo el sol del Caribe, en pueblos llenos de vida y alegría, Don Bosco sigue siendo una respuesta significativa para los jóvenes de estas tierras.

Ya desde hace más de cien años la presencia salesiana ha encontrado un ambiente y un clima muy fecundo en algunos países del Caribe, hoy como ayer confirman su significatividad en la presencia de sus jóvenes, en su pueblo alegre, cariñoso y sencillo, en su sensibilidad religiosa y en su capacidad de acogida: Cuba, Haití, República Dominicana y Puerto Rico han ofrecido y siguen ofreciendo un escenario propicio para la misión salesiana y una tierra fértil para el carisma de Don Bosco.

Los salesianos que están organizados en dos inspectorías, Antillas y Haití, junto a otros muchos miembros de la familia salesiana hacen concreta hoy esta presencia. Ellos son fruto de la generosidad y pasión de grandes misioneros, con buena voluntad, grandes sueños, confianza en la Providencia y compromiso por la educación y evangelización de los jóvenes; así se consolido la presencia de Don Bosco. También hubo acontecimientos históricos naturales o sociales que motivaron la toma de decisiones hasta su actual conformación.

Un poco de historia

Aunque la primera solicitud para que hubiera salesianos en el territorio antillano fue en 1896, el primer país que recibió la presencia salesiana fue Cuba, en el 1916; después le siguió República Dominicana en 1933, luego Haití en 1936 y por último Puerto Rico en 1947.

El 24 de junio de 1915, la srta. Dolores Betancourt, oriunda de Camagüey, había firmado en Turín un acuerdo privado con don Pablo Albera referente a una fundación en su ciudad de origen. Los primeros salesianos llegaron a Cuba el 4 de abril de 1917 para abrir una obra en Camagüey.

El padre José Calasanz (1872-1936) de origen en Azanuy, España, salesiano desde 1890 fue enviado como misionero a promover las fundaciones de Cuba, Perú y Bolivia. En 1917 entraron los primeros salesianos a Cuba, junto con el sacerdote don Esteban Capra y dos coadjutores (señores Ullivarri y Celaya). En 1917 les confían a los salesianos el templo dedicado a Nuestra Señora de la Caridad en un predio rural de Camagüey, para desde ahí coordinar la primera escuela de artes y oficios.

Haití, Cap-Haïtien

Las comunidades salesianas empezaron su crecimiento y consolidación en Cuba, compartiendo pertenecía canónica primero con la Inspectoría salesiana “Tarraconense” de España. A partir de 1924, pasa a la Inspectoría de México y tres años más tarde, debido a la persecución religiosa vivida en México, se trasladó́ la sede de la Inspectoría a La Habana, Cuba.

El padre Pittini desempeña las funciones de Provincial en la parte este de los Estados Unidos y allí recibe instrucciones del Superior General, don Pedro Ricaldone, de trasladarse a Santo Domingo, para examinar la posibilidad de que la congregación pueda establecerse en República Dominicana.

El 16 de agosto de 1933, el padre Pittini llega al puerto de San Pedro de Macorís. En febrero de 1934, el Pittini asume como superior de los recién llegados salesianos República Dominicana; el supervisaba los trabajos de la escuela en construcción y se familiarizaba con los dominicanos. El 11 de octubre de 1935, el Papa Pío XI, lo designó arzobispo de Santo Domingo.

Haití, Pétion-Ville

La llegada de los salesianos en Haití se dio en 1936. El Rector Mayor delegó en don Pedro Gimbert, ex-inspector de Lyon, para que implantase el carisma salesiano en Haití. Llegó el 27 de mayo de 1936, en compañía de un coadjutor salesiano, el sr. Adriano Massa. Después llegaron otros hermanos para completar la comunidad.

Desde su fundación, Haití formó parte sucesivamente de la Inspectoría Salesiana México-Antillas con sede en La Habana; más tarde formó parte de la Inspectoría de las Antillas –juntamente con Cuba, República Dominicana y Puerto Rico – con sede en Santo Domingo.

Haití, Gressier

La fundación en Puerto Rico se hizo realidad el 24 de abril de 1947 cuando llegó el padre Pedro M. Savani, ex-inspector de México-Antillas, para asumir la Parroquia de San Juan Bosco en Santurce, en la Calle Lutz. Desde aquí se comenzó a atender un Oratorio en los terrenos actuales de Cantera, donde ya en 1949 se inició la construcción de la capilla que daría posteriormente lugar a la imponente Iglesia-Santuario de María Auxiliadora.

La erección canónica de la Inspectoría de las Antillas se realiza el 15 de septiembre de 1953 durante el rectorado de don Renato Ziggiotti, bajo el patrocinio de San Juan Bosco, con sede en La Víbora (La Habana, Cuba). Posteriormente fue trasladada a Compostela (La Habana Vieja). Después de la Revolución Cubana la sede inspectorial fue transferida a Santo Domingo, República Dominicana, al “Colegio Don Bosco”, donde permaneció́ hasta 1993, cuando fue traslada a la sede actual ubicada en la calle 30 de marzo #52 en la ciudad de Santo Domingo.

A partir de enero de 1992, Haití es una Visitaduría, con sede en Port-au-Prince.

Don Bosco en el Caribe, hoy
La Inspectoría Salesiana de las Antillas está constituida por tres países en la región del Caribe: Cuba, República Dominicana y Puerto Rico. Haití forma una Visitaduría aparte. En total en los cuatro países hay 169 Salesianos de Don Bosco: 15 en Cuba, 74 en Haití, 67 en República Dominicana y 13 en Puerto Rico.

Las obras que animan las dos inspectorías en 32 comunidades son: 41 centros educativos (de esos al menos 20 son centros de capacitación técnica), 33 oratorios, 23 obras sociales, 8 casas de retiros – encuentros, 1 centro de formación medioambiental, 3 casas de formación, 4 centros de comunicación social – estudios de grabación, 2 estaciones de radio y 18 parroquias con 80 capillas y 44 casas de misión.

La Familia Salesiana en el Caribe tiene una gran vitalidad y está compuesta por varios grupos: Salesianos de Don Bosco, Hijas de María Auxiliadora, Salesianos Cooperadores, Asociación de Devotos de María Auxiliadora, Exalumnos (SDB-FMA), Hijas de los Sagrados Corazones, Voluntarias de Don Bosco, Damas Salesianas y Misioneras Parroquiales de María Auxiliadora (esta última, una Pia Unión, aprobado por el Arzobispo de Santo Domingo, Monseñor Octavio A. Beras, fundadas por el padre Andrés Nemeth, sdb, el 16 de junio 1961; aunque no forme parte de la Familia Salesiana, por su proximidad, asiste a sus encuentros). Las relaciones son cordiales, se comparten algunos proyectos pastorales y se reúnen con frecuencia.

En medio de un clima social y político muy particular, los cuatro países están sufriendo una migración masiva de sus jóvenes y de familias enteras, motivados por el hambre, la falta de alimentos, la falta de empleo, la violencia, la búsqueda de oportunidades mejor remuneradas. En estas circunstancias la presencia salesiana sigue muy comprometida en los procesos de educación, formación al trabajo, a la ciudadanía y la vida de fe, existe un serio compromiso en la defensa a los derechos de educación, alimentación y vida de digna de sus niños, adolescentes y jóvenes, se acompaña y anima desde los patios el juego y encuentro que permite hacer amigos. La música y la danza son expresiones naturales que descubren en los oratorios salesianos el estímulo y espacio para sus mejores expresiones. Sus patios son siempre lugares de encuentro y refugio incluso ante los eventos naturales que han sufrido.

Esta presencia hoy es profética al compartir con la gente las realidades sociales que cada país está viviendo, decidiendo permanecer junto a los más necesitados, animando la fe de todos los días, una amistad sencilla que habla de Dios, llena de esperanza y consuelo, con gestos fraternos de solidaridad y amor a los más vulnerables, en especial a sus niños y jóvenes.

Santo Domingo, La Plaza

don Hugo OROZCO SÁNCHEZ, sdb
Consejero Regional para Interamérica