Entrevista con el nuevo Inspector de Shillong, India (INS), P. John ZOSIAMA

Entrevistamos al nuevo inspector de Shillong (India), el P. John ZOSIAMA. Una región particular del noreste de la India, fronteriza con Bután, Bangladesh y Myanmar (Birmania).

¿Puede presentarse?
Nací el 20 de agosto de 1974 en Chhingchhip, estado de Mizoram, noreste de la India. Recibí mi primera educación en el pueblo, terminando la escuela secundaria, y más tarde seguí el curso preuniversitario en Aizawl, la capital de Mizoram.

¿Quién le contó por primera vez la historia de Jesús?
Vengo de una familia católica tradicional: rezábamos juntos con regularidad, sobre todo por las tardes con el rosario. Mi madre era muy devota de la Virgen María y nunca abandonó la oración diaria. Era ella quien nos hablaba de Jesús y de los valores del Evangelio.

¿Cuál es la historia de su vocación y por qué se hizo salesiano?
De niño era monaguillo en la parroquia y asistía al catecismo los domingos. En aquella época quería ser sacerdote, pero de adolescente este deseo se desvaneció: quería seguir estudiando, encontrar un buen trabajo en la Administración y formar una familia feliz.
Sin embargo, antes de matricularme en la universidad, empecé a reflexionar seriamente sobre mi vida y mi vocación. Sentía en mi corazón que Dios me llamaba a servirle como sacerdote, especialmente para apoyar a la Iglesia católica en un contexto en el que otras confesiones cristianas son bastante fuertes. Sentía el deseo de aportar mi contribución a la Iglesia, sobre todo para los jóvenes que corrían peligro de extraviarse.
Nuestro catequista, sabiendo que me interesaba el seminario, me habló de los Salesianos y me animó a unirme a ellos. Yo también había oído hablar de esta orden y conocía algunas de sus obras en Shillong. Decidí ponerme en contacto con mi tía, una Hermana Misionera de María Auxiliadora (MSMHC), que a su vez informó al viceprovincial de Guwahati. En cuanto me pidieron que me presentara, salí sola de mi pueblo, afrontando un viaje de dos días hasta Guwahati. Así comenzó mi aspiración salesiana.

¿Cómo reaccionó su familia?
Mi madre se puso muy contenta cuando se enteró de mi decisión de hacerme sacerdote; me dijo que no me preocupara por ellos, porque el Señor se ocuparía de todo. Mi padre, en cambio, tenía más dudas, porque esperaba que yo siguiera estudiando y mantuviera a la familia. Al final, él también estuvo de acuerdo, y antes de irme, durante la oración familiar, citó el pasaje de Mt 6,33: «Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se os darán por añadidura».

La alegría más hermosa y la fatiga más grande
He vivido experiencias pastorales muy hermosas, tanto durante mi formación práctica como durante mi ministerio diaconal. Estar con los chicos, enseñarles, jugar juntos y hacer amistad con ellos me dio una gran alegría. Recuerdo con placer los dos años en el Aspirantado con unos 150 chicos: un período lleno de momentos felices. Más tarde, durante mi ministerio diaconal, tuve la oportunidad de visitar muchas aldeas, conociendo a gente sencilla. Compartir con ellos el mensaje de la Buena Nueva me proporcionó una profunda sensación de alegría y realización como salesiano.
El mayor desafío que experimenté fue durante el Filosofado, debido a algunos malentendidos con los superiores. Llegué a dudar de mi vocación, pero me encomendé a Dios, confiando en que, si realmente me quería como sacerdote, Él me mostraría el camino. Gracias a la fe y a la oración, conseguí superar esos momentos difíciles.

¿Cómo es la juventud local y cuáles son las necesidades locales y juveniles más urgentes?
La juventud local está llena de vida y tiene talento en muchos campos; muchos siguen participando activamente en la vida de la Iglesia y en iniciativas sociales. Sin embargo, la influencia de las redes sociales es cada vez mayor: un gran número de jóvenes se sienten atraídos por el materialismo, la secularización y las ideas políticas que se ven en internet, y como salesianos sentimos la urgencia de orientarles y apoyarles. Muchos abandonan la escuela y siguen desempleados: necesitan orientación y esperanza para el futuro, formación y acompañamiento para convertirse en ciudadanos responsables y buenos cristianos.

¿Se persigue a los cristianos de la zona?
No hay persecución real de cristianos. De hecho, en muchos estados en los que operamos, la mayoría de la población es cristiana. También disfrutamos de una buena cooperación con personas de otras religiones. Sin embargo, el gobierno central restringe cada vez más nuestras actividades de educación y evangelización con nuevas normas y reglamentos, que hacen más compleja nuestra labor pastoral.
¿Cuáles son los grandes retos de la evangelización y la misión hoy en día?
El primer reto proviene de las nuevas normativas financieras y políticas sobre educación introducidas por el gobierno central, que complican nuestras actividades y nuestro trabajo al servicio de la gente. Sin embargo, la Iglesia y las obras de evangelización siguen creciendo en el noreste de la India. Creo que, en esta región, la tarea más urgente es fortalecer la fe mediante una sólida educación catequética y ayudar a los creyentes a vivir plenamente los valores del Evangelio, convirtiéndose en promotores de la paz y la transformación social.

¿Qué más y mejor se podría hacer?
Como salesianos, podríamos intensificar nuestro compromiso con los jóvenes de las periferias, especialmente con los que abandonan la escuela, consumen drogas o están desempleados. Es importante estudiar a fondo su situación, desarrollar planes estratégicos junto con los laicos y los miembros de la Familia Salesiana. Debemos aprender a trabajar en red, en equipo, para llegar más eficazmente a los niños más necesitados.

¿La relación con otras religiones en su zona?
Hasta ahora es muy positiva. En muchos casos, los profesores de nuestras escuelas e instituciones pertenecen a otras religiones, pero colaboran con nosotros con gran compromiso y espíritu de apertura.

¿Tiene algún proyecto que le interese especialmente?
Creo que es esencial estudiar la situación de los jóvenes de hoy, escuchar sus problemas y aspiraciones, y luego lanzar una nueva pastoral salesiana dirigida a los que son verdaderamente pobres y abandonados. Quizás sea necesario tomar decisiones valientes y desafiantes, pero creo que ésta es la misión a la que Don Bosco nos ha llamado. Recemos y esperemos que, como hermanos, nos dejemos transformar por los cambios de nuestro tiempo.

¿Qué lugar ocupa María Auxiliadora en tu vida?
Por intercesión de la Santísima Virgen María he recibido innumerables gracias, especialmente invocándola como Auxilio de los Cristianos. Si hoy estoy aquí, se lo debo también a Ella, que siempre ha escuchado mis oraciones y ha intercedido por mí. Agradezco su presencia materna y el testimonio de mi madre, que me enseñó a rezar el rosario con fe.

¿Tiene algún mensaje para la Familia Salesiana?
Como Familia Salesiana, hemos recibido un gran carisma a través de Don Bosco. Debemos valorarlo y dar gracias a Dios por este don, poniéndonos al servicio de los jóvenes -especialmente de los pobres y abandonados- allí donde estemos. Estamos presentes en 137 países y podemos ser un signo concreto del amor de Dios por los chicos y chicas de hoy.

don John Zosiama
Provincial de Shillong, India (INS)