Canillitas. Trabajo infantil en la República Dominicana (vídeo)

Por desgracia, el trabajo infantil no es una realidad del pasado. Todavía hay unos 160 millones de niños que trabajan en el mundo, y casi la mitad de ellos están empleados en diversas formas de trabajo peligroso; ¡algunos de ellos empiezan a trabajar a los 5 años! Esto les aleja de la educación y tiene graves consecuencias negativas en su desarrollo cognitivo, volitivo, emocional y social, afectando a su salud y calidad de vida.

Antes de hablar del trabajo infantil, hay que reconocer que no todos los trabajos realizados por niños pueden clasificarse como tales. La participación de los niños en determinadas actividades familiares, escolares o sociales que no obstaculizan su escolarización no sólo no perjudica su salud y desarrollo, sino que es beneficiosa. Tales actividades forman parte de la educación integral, ayudan a los niños a aprender habilidades muy útiles en su vida y les preparan para asumir responsabilidades.

La definición de trabajo infantil de la Organización Internacional del Trabajo es la actividad laboral que priva a los niños de su infancia, su potencial y su dignidad y es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico. Son trabajos en la calle, en fábricas, en minas, con largas jornadas laborales que muchas veces les privan incluso del descanso necesario. Son trabajos que física, mental, social o moralmente son arriesgados o perjudiciales para los niños, y que interfieren en su escolarización privándoles de la oportunidad de ir a la escuela, obligándoles a abandonarla prematuramente u obligándoles a intentar conciliar la asistencia a la escuela con largas horas de duro trabajo.

Esta definición de trabajo infantil no es compartida por todos los países. Sin embargo, hay parámetros que pueden definirlo: la edad, la dificultad o peligrosidad del trabajo, el número de horas trabajadas, las condiciones en que se realiza el trabajo y también el nivel de desarrollo del país. En cuanto a la edad, está comúnmente aceptado que no se debe trabajar por debajo de los 12 años: las normas internacionales hablan de una edad mínima de admisión al trabajo, es decir, no inferior a la edad en que se termina la escolaridad obligatoria.

Estadísticas recientes hablan de unos 160 millones de niños que trabajan, y esta cifra en realidad puede ser considerablemente mayor, ya que es difícil calcular la situación real. Concretamente, uno de cada 10 niños en el mundo es víctima del trabajo infantil. Y hay que tener en cuenta que esta estadística incluye también el trabajo degradante -si es que se le puede llamar trabajo-, como el reclutamiento forzoso en conflictos armados, la esclavitud o la explotación sexual. Y es preocupante que las estadísticas muestren que hoy trabajan 8 millones de niños más que en 2016, y que este aumento se dé sobre todo en niños de entre 5 y 11 años. Las organizaciones internacionales advierten de que, si la tendencia continúa así, el número de niños empleados en el trabajo infantil podría aumentar en 46 millones en los próximos años si no se adoptan medidas adecuadas de protección social.

La causa del trabajo infantil es principalmente la pobreza, pero también la falta de acceso a la educación y la vulnerabilidad en el caso de los niños huérfanos o abandonados.
Este trabajo, en la inmensa mayoría de los casos, también conlleva consecuencias físicas (enfermedades y dolencias crónicas, mutilaciones), psicológicas (al ser maltratados, los niños se convierten en maltratadores, tras vivir en entornos hostiles y violentos ellos mismos se vuelven hostiles y violentos, desarrollan una baja autoestima y una falta de esperanza en el futuro) y sociales (corrupción de costumbres, alcohol, drogas, prostitución, delitos).

No es un fenómeno nuevo, también ocurría en tiempos de Don Bosco, cuando muchos chicos, empujados por la pobreza, buscaban en las grandes ciudades medios para sobrevivir. La respuesta del santo fue acogerlos, proporcionarles comida y cobijo, alfabetización, educación, un trabajo digno y hacer que esos chicos abandonados sintieran que formaban parte de una familia.
Aún hoy, estos chicos muestran una gran inseguridad y desconfianza, están desnutridos y tienen graves carencias afectivas. También hoy debemos buscarlos, conocerlos, ofrecerles poco a poco lo que les gusta para darles finalmente lo que necesitan: un hogar, una educación, un entorno familiar y, en el futuro, un trabajo digno.
Se intenta conocer la situación particular de cada uno de ellos, buscar a los familiares para reintegrar a los chicos en la familia cuando sea posible, darles la oportunidad de dejar el trabajo infantil, de socializarse, de asistir a la escuela, acompañándoles para que puedan realizar su sueño y su proyecto de vida gracias a la educación, y convertirse en testigos para otros chicos que se encuentren en la misma situación que ellos.
En 70 países de todo el mundo, los Salesianos actúan en el ámbito del trabajo infantil. Te presentamos uno de ellos, el de la República Dominicana.

Canillitas era el nombre que se daba a los chicos vendedores ambulantes de periódicos, que debido a la pobreza tenían pantalones cortos que le dejaban descubiertas sus “canillas”, es decir, sus piernas. Parecidos a éstos, los chicos de hoy tienen que mover las piernas en la calle todos los días para ganarse la vida, por lo que el proyecto para ellos se llamó Canillitas con Don Bosco.
Comenzó como un proyecto oratoriano salesiano, que luego se convirtió en una actividad permanente: el Centro Canillitas con Don Bosco en Santo Domingo.

El proyecto comenzó el 8 de diciembre de 1985 con tres jóvenes del entorno salesiano que se dedicaron a tiempo completo, renunciando a sus ocupaciones. Tenían claras las cuatro etapas del camino a seguir: Búsqueda, Acogida, Socialización y Acompañamiento. Empezaron a buscar jóvenes en las calles y parques de Santo Domingo, contactando con ellos, ganándose su confianza y estableciendo lazos de amistad. Al cabo de dos meses, les invitaron a pasar un domingo juntos y se sorprendieron cuando más de 300 menores acudieron a la cita. Fue una tarde festiva con juegos, música y meriendas que hizo que los menores preguntaran espontáneamente cuándo podrían volver. La respuesta sólo podía ser “el próximo domingo”.
Su número creció constantemente, cuando se dieron cuenta de que la acogida, los espacios y las actividades eran los adecuados para ellos. Al campamento organizado en verano asistieron un centenar de los más fieles. En él, los chicos recibían una tarjeta de canillitas en el campamento, para darles una identidad y un sentido de pertenencia, también porque muchos de ellos ni siquiera sabían su fecha de nacimiento.
Con el crecimiento en número de los chicos vino el crecimiento en gastos. Esto llevó a la necesidad de buscar financiación e implícitamente de dar a conocer el proyecto a estos chicos.

El 2 de mayo de 1986, la comunidad salesiana presentó el proyecto a los superiores salesianos de la Provincia Salesiana de las Antillas, proyecto que recibió un apoyo unánime. De este modo, se lanzó oficialmente el programa Canillitas con Don Bosco, que continúa en la actualidad tras casi 38 años de existencia. Y no sólo continúa, sino que ha crecido y se ha ampliado, siendo un modelo para otras iniciativas. Así nacieron el programa Canillitas con Laura Vicuña, desarrollado por las Hijas de María Auxiliadora para las chicas trabajadoras, los programas Chiriperos con Don Bosco, para ayudar a los jóvenes que -para ganarse la vida- hacían cualquier “trabajillo” (como acarrear agua, tirar la basura, hacer recados…), y el programa Aprendices con Don Bosco, que se ocupa de los menores que trabajaban en los numerosos talleres mecánicos, explotados por ciertos empresarios. Para estos últimos, los Salesianos construyeron un taller con la ayuda de algunos buenos industriales y de la Primera Dama de la República, para que fueran libres de aprender un oficio y no estuvieran a merced de la injusticia.
A raíz de este éxito, todas estas iniciativas y otras se han fusionado en la Red de Niños y Niñas con Don Bosco, compuesta actualmente por 11 centros con programas adaptados a las edades de los niños, que se han convertido en un ejemplo en la lucha contra el trabajo infantil en el país caribeño. Forman parte de esta red: Canillitas con Don Bosco, Chiriperos con Don Bosco, Aprendices con Don Bosco, Hogar Escuela de Niñas Doña Chucha, Hogar de Niñas Nuestra Señora de la Altagracia, Hogar Escuela Santo Domingo Savio, Quédate con Nosotros, Don Bosco Amigo, Amigos y Amigas de Domingo Savio, Mano a Mano con Don Bosco y Sur Joven.

La red ha llevado a cabo programas enfocados a desarrollar habilidades en niños y jóvenes, fomentando su formación integral y su crecimiento. Ha acompañado directamente a unos 93.000 niños, adolescentes y jóvenes, ha llegado a más de 70.000 familias, e indirectamente ha tenido más de 150.000 beneficiarios, trabajando con una media de más de 2.500 beneficiarios cada año. Todo ello se ha logrado sobre la base del Sistema Preventivo de Don Bosco, que ha llevado a los niños y jóvenes a recuperar su autoestima, a ser protagonistas de su propia vida para convertirse en “honrados ciudadanos y buenos cristianos”.

Esta obra también ha tenido un impacto sociopolítico. Contribuyó al crecimiento de la sensibilidad social hacia estos chicos pobres que hacían lo que podían para sobrevivir. El eco del programa salesiano en los medios de comunicación de la República Dominicana dio a un grupo de Canillitas la oportunidad de participar en una sesión del Congreso Nacional del país y en la redacción del Código del Sistema de Protección y Derechos Fundamentales de Niños, Niñas y Adolescentes de la República Dominicana (Ley 136-03), promulgado el 7 de agosto de 2003.

Posteriormente, se firmaron varios convenios con el Instituto de Formación Técnica Profesional, el Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia y la Escuela de la Magistratura.
Gracias al apoyo de muchos empresarios y de la sociedad civil, se establecieron asociaciones e interrelaciones con UNICEF, la Organización Internacional del Trabajo, el gobierno nacional, la Coalición de ONG por la Infancia de la República Dominicana, e incluso se llegó a la Conferencia de las Américas en la Casa Blanca en 2007, con una recepción por parte del Presidente George Bush y la Secretaria de Estado Condoleezza Rice.

La labor salesiana ha contribuido a la reducción del trabajo infantil y al aumento de las tasas de educación en el país. El misionero salesiano promotor, el padre Juan Linares, fue nombrado Hombre del Año de la República Dominicana en 2011, y durante 10 años fue miembro de la junta directiva del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia, órgano rector del Sistema Nacional de Protección de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes.

Recientemente se ha realizado un documental, “Canillitas”, para informar, denunciar y sensibilizar sobre el trabajo infantil. El corto documental refleja la vida cotidiana de seis niños trabajadores en la República Dominicana, así como la labor de los misioneros salesianos para cambiar esta realidad, gracias a la educación.

Te presentamos la ficha técnica de la película.
Título: Canillitas
Año de producción: 2022
Duración: 21 minutos
Género: Documental
Público adecuado: Todos
País: España
Director: Raúl de la Fuente, Premio Goya 2014 por “Minerita” y en 2019 por “Un día más con vida”
Producción: Kanaki Films
Versiones y subtítulos: español, inglés, francés, italiano, portugués, alemán y polaco

Versión en línea:



(Artículo realizado con material enviado por Misiones Salesianas de Madrid, España.)