«Tú llevarás a cabo el trabajo que estoy comenzando; yo haré los bocetos, tú dibujarás los colores» (Don Bosco)
Queridos amigos y lectores, miembros de la Familia Salesiana, en el saludo de este mes en el Boletín Salesiano me centraré en un evento muy importante que está viviendo la Congregación Salesiana: el 29° Capítulo General. En el camino de la Congregación Salesiana, cada seis años se lleva a cabo esta asamblea, la más importante que puede vivir la Congregación.
Muchas cosas forman parte de nuestra vida, y muchos eventos importantes este año jubilar nos está regalando; sin embargo, deseo centrarme en esto porque, aunque aparentemente está lejos de nosotros, nos concierne a todos.
Don Bosco, nuestro Fundador, era consciente de que no todo terminaría con él, sino que su obra sería solo el comienzo de un largo camino por recorrer. A los sesenta años, un día de 1875, le dijo a don Julio Barberis, uno de sus colaboradores más cercanos: “Tú llevarás a cabo el trabajo que estoy comenzando; yo haré los bocetos, tú dibujarás los colores […] Haré una copia aproximada de la Congregación y dejaré a aquellos que vendrán después de mí la tarea de embellecerla”.
Con esta feliz y profética expresión, don Bosco trazaba el camino que todos estamos llamados a seguir; y en su máxima expresión se está llevando a cabo el Capítulo General de los Salesianos de don Bosco en estos tiempos en Valdocco.
La profecía de los caramelos
El mundo de hoy no es el de don Bosco, pero hay una característica común: es un tiempo de profundas mutaciones. La humanización completa, equilibrada y responsable en sus componentes materiales y espirituales era el verdadero objetivo de don Bosco. Se preocupaba por llenar el “espacio interior” de los chicos, formar “cabezas bien hechas”, “ciudadanos honestos”. En esto es más actual que nunca. El mundo hoy necesita de don Bosco.
Al principio, para todos hay una pregunta muy simple: «¿Quieres una vida cualquiera o quieres cambiar el mundo?» Pero, ¿se puede aún hablar de metas e ideales, hoy? Cuando deja de correr, el río se convierte en un pantano. También el hombre.
Don Bosco no ha dejado de caminar. Hoy lo hace con nuestros pies.
Tenía una convicción respecto a los jóvenes: «Esta porción la más delicada y la más preciosa de la sociedad humana, sobre la cual se fundamentan las esperanzas de un futuro feliz, no es por sí misma de índole perversa… porque si a veces ocurre que ya están dañados a esa edad, lo son más bien por imprudencia, que no por malicia consumada. Estos jóvenes realmente necesitan una mano benéfica, que se ocupe de ellos, los cultive, los guíe…».
En 1882, en una conferencia a los Cooperadores en Génova: «Al retirar, instruir, educar a los jóvenes en peligro se hace un bien a toda la sociedad civil. Si la juventud está bien educada, con el tiempo tendremos una generación mejor». Es como decir: solo la educación puede cambiar el mundo.
Don Bosco tenía una capacidad de visión casi aterradora. Nunca dice “hasta ahora”. Siempre dice “de ahora en adelante”.
Guy Avanzini, eminente profesor universitario, continúa repitiendo: «La pedagogía del siglo veintiuno será salesiana, o no será».
Una noche de 1851, desde una ventana del primer piso, don Bosco lanzó entre los chicos un puñado de caramelos. Se encendió una gran alegría, y un chico, al verlo sonreír desde la ventana, le gritó: «¡Oh don Bosco, si pudiera ver todas las partes del mundo, y en cada una de ellas tantos oratorios!».
Don Bosco fijó en el aire su mirada serena y respondió: «Quién sabe si no debe llegar el día en que los hijos del oratorio no estén realmente esparcidos por todo el mundo».
Mirar lejos
Pero, ¿qué es un Capítulo General? ¿Por qué ocupar estas líneas en un tema que es específicamente de la Congregación Salesiana?
Las constituciones de vida de los Salesianos de don Bosco, en el artículo 146, definen así el Capítulo General:
“El Capítulo General es el principal signo de la unidad de la Congregación en su diversidad. Es el encuentro fraterno en el cual los salesianos realizan una reflexión comunitaria para mantenerse fieles al Evangelio y al carisma del Fundador y sensibles a las necesidades de los tiempos y lugares.
A través del Capítulo General, toda la Sociedad, dejándose guiar por el Espíritu del Señor, busca conocer, en un momento determinado de la historia, la voluntad de Dios para un mejor servicio a la Iglesia”.
El Capítulo General no es, por lo tanto, un hecho privado de los salesianos consagrados, sino una asamblea importantísima que a todos nos concierne, que toca a toda la Familia Salesiana y a aquellos que llevan a don Bosco dentro de sí, porque en el centro están las personas, la misión, el Carisma de don Bosco, la Iglesia y cada uno de nosotros, de ustedes.
En el centro está la fidelidad a Dios y a don Bosco, en la capacidad de ver los signos de los tiempos y de los diferentes lugares. Fidelidad que es un continuo movimiento, renovación, capacidad de mirar lejos y, al mismo tiempo, mantener los pies bien plantados en la tierra.
Por eso se han reunido alrededor de 250 hermanos salesianos, de todas partes del mundo, para orar, pensar, confrontarse y mirar lejos… en fidelidad a don Bosco.
Y luego, a partir de la construcción de esta visión, elegir al nuevo Rector Mayor, el sucesor de don Bosco y su Consejo General.
No es algo ajeno a tu vida, querido amigo/a que lees, sino dentro de tu existencia y en tu “afecto” a don Bosco. ¿Por qué te digo esto? Porque tú acompañas todo esto con tu oración. La oración al Espíritu Santo que ayude a todos los capitulares a conocer la voluntad de Dios para un mejor servicio a la Iglesia.
Creo que el CG29, estoy seguro, será todo esto. Una experiencia de Dios para limpiar otras partes del boceto que Don Bosco nos ha dejado, como siempre se ha hecho en todos los Capítulos Generales de la historia de la Congregación, siempre fieles a su diseño.
Seguros de que también hoy podemos seguir siendo iluminados para ser fieles al Señor Jesús en la fidelidad al carisma original, con los rostros, la música y los colores de hoy.
No estamos solos en esta misión y sabemos y sentimos que María, la Madre Auxiliadora de los cristianos, la Auxiliadora de la Iglesia, modelo de fidelidad, sostendrá los pasos de todos nosotros.
Somos nosotros, don Bosco, hoy
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