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Voluntarios de Don Bosco: el compromiso de los jóvenes por un futuro mejor

Desde hace más de 20 años, la Inspectoría Salesiana de Alemania está comprometida en el campo del voluntariado juvenil. A través del programa «Voluntarios de Don Bosco», los salesianos de Alemania ofrecen cada año una experiencia educativa y de vida a unos 90 jóvenes que son recibidos en las casas salesianas de la Inspectoría y en varios países del mundo. Para muchos jóvenes alemanes es habitual, una vez terminados los estudios, dedicar un año de su vida al trabajo social.

No pocos jóvenes alemanes consideran el perfil de los salesianos como una fuente de inspiración a la hora de elegir una organización que los acompañe durante esta experiencia. No obstante, la secularización de la sociedad alemana y la constante pérdida de fieles por parte de la Iglesia en los últimos años, muchos son los jóvenes que llaman a la puerta de los salesianos con la clara intención de ayudar al prójimo y dar su pequeña contribución para la construcción de un mundo mejor. Estos jóvenes encuentran en la figura de Don Bosco una forma de vivir la fe y un buen testimonio de han recibido admisiones de jóvenes aspirantes al voluntariado que no estaban vinculados a la Iglesia ni a los grupos juveniles de los salesianos.

Algunos de ellos no son bautizados, pero reconocen en la oferta educativa salesiana una posibilidad de crecimiento personal, basada en valores fundamentales para su propio desarrollo. Por eso, cada año, muchos jóvenes inician una experiencia de voluntariado con el programa «Voluntarios de Don Bosco»: durante los fines de semana formativos, los jóvenes no sólo aprenden información útil sobre los proyectos, sino que se confrontan con el sistema preventivo y la espiritualidad salesiana, preparándose así para el tiempo en que estarán al servicio de otros jóvenes.

Los voluntarios son acompañados durante su experiencia por un equipo de coordinadores y coordinadoras que se ocupan, además de los aspectos organizativos, del apoyo y acompañamiento previo, durante el transcurso del servicio, y posterior a la experiencia de voluntariado. Esto es así ya que el año de voluntariado no termina el último día de servicio en la casa salesiana que los recibe, sino que continúa de por vida. Este año donde se vive al servicio de los demás representa para los jóvenes una fuerte base de valores que impacta en el desarrollo futuro de los voluntarios. Don Bosco educó a los jóvenes para ayudarlos a ser ciudadanos íntegros y buenos cristianos: el programa “Voluntarios de Don Bosco”, se inspira en este principio fundamental de la pedagogía salesiana y busca crear las bases para la construcción de una sociedad mejor, en la que los valores cristianos sean característicos de nuestras vidas.

La Inspectoría Alemana pone a disposición oportunidades de encuentro para que jóvenes de todas las etapas de la experiencia de voluntariado: reuniones de orientación, ofertas de información en línea, cursos de formación, fiestas y reuniones anuales de intercambio de experiencias son algunas de las actividades básicas sobre las que se construye el éxito del programa «Voluntarios de Don Bosco».

Un equipo de coordinación conformado por empleados del centro de formación juvenil Aktionszentrum de Benediktbeuern y de la Procura misionera de Bonn, a su vez apoyados por el ecónomo provincial P. Stefan Stöhr y por el responsable de la pastoral juvenil P. Johannes Kaufmann, gestiona y dirige todas las actividades, desarrollando el programa en todos sus componentes.

La experiencia de voluntariado inicia con la solicitud de adhesión al programa: los jóvenes que participan en el programa nacional comienzan su servicio en septiembre, participando en 25 jornadas formativas durante el año de voluntariado. Para los voluntarios que pretenden ir al extranjero, el camino es algo más largo: tras una reunión de orientación en otoño, se hacen selecciones y los candidatos reciben testimonios y sugerencias de antiguos voluntarios que ya han participado en el programa. La fase de formación comienza en los primeros meses del año e incluye 12 días de preparación previa, durante los cuales los voluntarios reciben información sobre la pedagogía de Don Bosco, sobre el trabajo de los salesianos en el mundo, sobre temas importantes como la comunicación intercultural y las precauciones que deben tomarse en caso de emergencia durante la experiencia en el extranjero. En julio, los voluntarios reciben una bendición de envío y una medalla de Don Bosco como símbolo de pertenencia a la Familia Salesiana.

La partida de los jóvenes está prevista para el mes de septiembre, y hacia la mitad del servicio se ofrecen encuentros de reflexión a cargo del equipo de coordinación de la Inspectoría de Alemania, y se realizan en las distintas regiones donde trabajan los voluntarios. La experiencia termina con un seminario de clausura que se realiza poco después de regresar del servicio en el extranjero. En éste se sientan las bases de discernimiento para un futuro compromiso con la Familia Salesiana.

Cada año se organizan dos reuniones en la Inspectoría para todos los que han participado en el programa desde el inicio de las actividades en los años 90’. El equipo de coordinación de la Inspectoría se ocupa de todos los aspectos organizativos, entre ellos: la búsqueda de casas salesianas interesadas en colaborar en el ámbito del voluntariado; la financiación de las actividades a través de fondos ministeriales y europeos; el apoyo en caso de emergencias; la organización de los aspectos relativos al seguro médico de los voluntarios; la comunicación con las familias de los mismos.

En los últimos 25 años, más de mil jóvenes han participado en el programa.

Hace unos meses la Inspectoría de Alemania ha realizado un estudio en el que participaron unos 180 antiguos voluntarios. Se constató que los jóvenes siguen comprometidos con el trabajo social incluso muchos años después de su experiencia de voluntariado. Es especialmente evidente que los encuestados quedan sensibilizados y trabajan en cuestiones relacionadas a la injusticia social, el racismo, la ecología y el desarrollo sostenible. Este estudio ha demostrado el valor de este programa, no sólo en cuanto a la ayuda inmediata que los voluntarios pueden prestar a sus comunidades de acogida durante su año de servicio, sino también en cuanto a los efectos positivos que se evidencian a largo plazo, una vez completados sus estudios académicos o habiendo emprendido una trayectoria profesional. Un aspecto importante del programa «Voluntarios de Don Bosco» es su inclusión en programas nacionales y europeos, como el «Cuerpo Europeo de Solidaridad» (de la Comisión Europea), los programas nacionales de voluntariado del Ministerio de Familia y Juventud, o el programa «weltwärts» del Ministerio Federal de Cooperación Económica. Con ellos la oferta formativa de los Salesianos es más visible para las instituciones. Los constantes controles de calidad, que con carácter bianual se realizan por las asociaciones competentes, certifican la eficacia y la transparencia de la oferta formativa del programa «Voluntarios de Don Bosco».

Uno de los aspectos de estos controles de calidad refiere a la cooperación y competencia entre nuestras Procuras y las estructuras de acogida, ya sea en Alemania como en los distintos países del mundo. Esto distingue la oferta salesiana de muchas otras agencias privadas de voluntariado que cooperan con diversas organizaciones de perfiles variados. Nuestros voluntarios trabajan exclusivamente en instalaciones salesianas y están preparados específicamente para esta experiencia de vida. No importa si un voluntario trabaja en un pequeño pueblo del sur de la India o en una metrópolis europea. Hay algo que une a todos estos jóvenes y los hace sentirse como en casa durante su experiencia: Don Bosco, con su presencia en las comunidades de acogida, les ofrece un punto de referencia en la vida cotidiana y les da consuelo y protección en los momentos más difíciles. Por supuesto, sería demasiado fácil decir que una experiencia de voluntariado siempre va bien o sin problemas: para los voluntarios pueden surgir problemas de integración, especialmente en la fase de asentamiento. Pero precisamente en estas situaciones se observa el crecimiento de los jóvenes que aprenden a conocerse mejor a sí mismos, sus límites y sus recursos. El acompañamiento de las comunidades salesianas de acogida y del personal de los centros de coordinación de la Inspectoría de Alemania pretende convertir incluso las fases más difíciles de este camino en oportunidades de reflexión y crecimiento personal.

Nos esperan muchos desafíos en el futuro: los dos últimos años nos han demostrado que el mundo está cambiando y parece crecer en las nuevas generaciones el miedo a que la guerra cancele las perspectivas de una sociedad más justa. El programa «Voluntarios de Don Bosco» quiere ser un rayo de luz y una fuente de esperanza para que nuestros jóvenes, a través de su compromiso, puedan construir un futuro mejor para nuestro planeta.

Francesco BAGIOLINI
Benediktbeuern, Alemania

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