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Un domingo, hacia el mediodía, una joven estaba lavando la ensalada en la cocina, cuando se le acercó su marido que, burlándose de ella, le preguntó:
“¿Podría decirme qué dijo el pastor en el sermón de esta mañana?”.
“Ya no lo acuerdo”, confesó la mujer.
“Entonces, ¿por qué vas a la iglesia a escuchar sermones si no los recuerdas?”.
“Mira querido: el agua lava mi ensalada y sin embargo no se queda en la cesta; sin embargo, mi ensalada está completamente lavada”.


No es importante tomar notas. Lo importante es dejarse “lavar” por la Palabra de Dios.

P. Bruno FERRERO
Salesiano de Don Bosco, experto en catequesis, autor de varios libros. Fue director editorial de la editorial salesiana Elledici. Es redactor jefe del periódico italiano "Il Bollettino Salesiano", en versión impresa.